Ok, comencemos.
Si bien 2008 no fue un año que pueda considerarse como un parteaguas en la historia musical –definitivame no lo es-, a mi parecer hubo muchos aciertos y grandes aportaciones musicales los cuales enlisto a continuación. Sobra mencionar que son meramente percepciones personales y no reflejan el punto de vista de este blog ni de sus distinguidos integrantes:
El mejor disco del año:
Red Album – Weezer
Esta obra de arte sacada de las más profundas entrañas de Cuomo y compañía ha sido, y será, por mucho, el mejor disco de esta banda la cual se escucha más madura y con más energía que antes. Weezer es de ese tipo de bandas en donde no hay una autocracia o donde si bien el vocalista es líder e imágen, más bien es un orquestador, un verdadero gurú y compañero musical del resto de los integrantes. De hecho, la canción que en lo particular me gusta más: “King”, es cantada por el bajista y corista Scott. Por si fuera poco, tuve la oportunidad de ver a esta gran agrupación en directo –por primera vez- y enorme sorpresa me llevé al notar lo enérgico de su performance y su profesionalismo y dominio del escenario resultado de la rotación de roles en vivo, en donde podemos ver a un Rivers tocando la batería mientras Pat toca la guitarra y entona con excelentísimos resultados alguna de sus famosas piezas musicales. Letras simpáticas mas no vanas y estrepitosos arreglos del más fino y fresco rock fueron los ingredientes perfectos para crear el disco, que en mi opinión, es el mejor del año. Por mucho.
El segundo mejor disco del año:
Only by the Night – Kings Of Leon
Los hermanos sureños la vuelven a hacer con este album, explosivo e inteligente –casi- superando su anterior material. Es de ese tipo de discos en los que, si cierras tus ojos, puedes diferenciar los colores de cada una de las canciones que lo componen. Totalmente obligatorio si te gusta el rock en su máxima expresión y esencia.
El tercer mejor disco del año:
The Slip – Nine Inch Nails
Qué puedo decir de la mejor banda del mundo? Este disco en lo particular, es superior musicalmente hablando ya que se escucha una banda muchísimo más madura y aterrizada, gracias en parte, a la salida del pazguato Twiggy y del estéril farolazo Aaron North: tropiezos SIN DUDA alguna en la trayectoria de los de 9”, pero totalmente sanado el descalabro gracias a la llegada del maestro de maestros Justin M-J y el regreso de nada menos y nada más que de Robin Finck, quien ofrece más en el género que lo vio saltar a la fama que en bandas metaleras que patean de ahogadas.
El peor disco del año:
Day & Age – The Killers
Su primer disco fue MUY BUENO y debido a él, muchos postramos nuestra esperanza en ellos y elevamos al Dios Del Rock nuestras plegarias para que los llevara por buen camino.
Su segundo disco fue MUY MALO. Solo basta con escuchar la castrosita “When you were young” o ver su look que más que Revolucionarios Mexicanos parecen hippies mal paridos en la más sucia de las cloacas western de su país. Lo mismo para el tercero que son simplemente las sobras del susodicho álbum.
Su cuarto disco “Day & Age” es precisamente lo que no se debe hacer. Nunca. Es excremento –ni por lo menos fresco-. Es el colmo de la obviedad y de la falta absoluta de talento.
THE KILLERS: Por favor… POR FAVOR no más. Son una desgracia viviente.
Lo más feo del año:
“El regreso” de Scott Weiland y su “Happy” in Galoshes.
Más malo que el hambre, este disco debió quedarse de donde nunca jamás debió haber salido: de la mente enferma y torcida de uno de las mejores voces que tuvo la escena musical a principio de los 90’s. No obstante, bravísimo por mister Scott ya que su personalidad –más no su voz- en el escenario junto con los Pilots sigue y seguirá siendo la delicia para todos nosotros sus seguidores. Zapatero a tus zapatos.
Mención honorífica:
Live in Gdansk – David Gilmour
El maestro de maestros, dios de la música y de la guitarra, gurú y compositor David Gilmour está más allá del bien y del mal, como dijo Nietzsche.
Este disco es una joya por sí misma por tratarse del erudito inglés y uno de los músicos más importantes de este nuestro planeta. No obstante, la joya se torna mucho más valiosa ya que fue la última participación en vivo de Rick Wright. Solo los entendidos podrán reconocer entonces que, Live in Gdansk es una puerta que abrió para soltar a la quimera del rock para cerrarse y nunca volverse a abrir jamás. Q.E.P.D. Richard Wright.
1 comments:
fuiste bastante condecendiente en poner a Scotty dentro de la categoria de "feos" jajaja
feliz año, dude!
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